23.11.07

Los presento: estructura, lector; lector, estructura.

Este espacio bien podría llamarse Filosofía Barata. Ocurre que ya existía un blog con ese nombre y decidí cambiarlo por Filosofía Matutina (que no por matutina deja de ser baratita baratita). La alternativa apareció cuando me di cuenta de que iba a escribir mayormente a la mañana, dado que en el laburo no hago nada más que aburrirme.
Además, "matutina" dice mucho más que "barata". Aunque la última sea más concreta y dura, la primera es más amplia: se relaciona con ese estado entre el sueño y la vigilia en el que me encuentro a las 9 am, cuando llego al trabajo; también podría hacer referencia a un tipo de filosofía más resacosa, más pelotuda y por supuesto, más barata. Más allá de estos acercamientos, creo que podremos llegar a una definición más exacta a medida que pasen las publicaciones.

Explicado el título, pasemos a la justificación. Es que hoy me levanté bien bien esquemática.
¿Para qué hago un blog?
Creo que en primer lugar podría poner la excusa del aburrimiento. Escribir es, entre otras cosas, una buena forma de matar el tiempo. Por otro lado, dejar lo que escribo ahogado en un archivo de texto dentro de una carpeta perdida en un disco, ya dejó de tener sentido. La idea de que alguien, en algún lugar del mundo, lea alguna de las boludeces que escribo no está nada mal. La idea mejora cuando se agrega que el otro puede comentar, seguir el divague. Todo lo anterior genera necesariamente un movimiento de neuronas, algún tipo de razonamiento, así sea uno bien mínimo. Eso es muy atractivo.

Hasta aquí, mis pretenciones.